■ {En la Cueva del Jabberwocky} ■ [Libre]

En las profundidades del bosque, cuando la oscuridad hace que te confundas totalmente y las hierbas están tan enredadas que quedaras atrapado entre ellas, ahí es el punto en donde los gruñidos y rugidos de una bestia dominan el lugar completamente, causándote un miedo que recorrerá toda tu espalda. La desesperación de oírlo en todas partes será algo que no te dejara escapar, a donde quiera que vayas, esos sonidos siempre te seguirán y podrás jurar que sientes la respiración cercana, húmeda y grotesca de cierta criatura monstruosa.

Duerme tranquilo por ahora, rodeado de decenas de cuerpos mutilados. El hedor de la sangre lo tranquiliza y deja dormir de manera pacifica en la entrada de su enorme cueva, llena de cámaras, un laberinto interno. Sus ronquidos delatan su sueño, pero sigue atento a todo, moviendo su cola serpenteante por el suelo.

Era cuestión de girar a la izquierda... luego a la derecha... no, espera, ese árbol ya lo había visto antes, reconocía la marca que le había hecho para dejar rastro del camino que tomaba. Maldijo entre dientes, apoyándose en el tronco y suspirando. Ese lugar era casi como un laberinto y para colmo no había prestado atención al camino, yendo por donde sus pies quisieran por unos veinte minutos antes de darse cuenta de que no tenía idea de cómo volver al refugio de los rebeldes.

—Está bien... los héroes podemos con lo que sea —se dio ánimos y retomó la marca aunque los pies le dolieran un poco. Todo por querer dar un paseo, pero eso había sido a la tarde y ahora estaba casi anocheciendo. Pensando que al final tendría que acampar y seguir buscando al día siguiente, apuró el paso en busca de un refugio. No tardó mucho, en seguida encontró la entrada de una cueva que parecía tan oportuna como irreal. Allí entró, confiado de sí mismo, de su suerte, y se instaló cerca de la abertura, dejando caer unos maderos que había juntado para hacer un pequeño fuego. Dejó su bolso a un lado y comenzó a trabajar en la fogata para ganar calor, concentrado sólo en eso. Una vez que tuviera luz, investigaría mejor el lugar.

Los ronquidos se hacían un poco sonoros y al final terminaban escuchandose por todas partes. Se movio un poco, arrastrando cuerpos a su cercanía. Empezo a mover la cola de nuevo, como para detectar algo, convenientemente le estaba dando la espalda a la entrada, así que podría aplastar a alguien con ella y detectar más movimiento.



El sonido de una cajita musical era lo que, aparte de los gruñidos excesivos, se escuchaba por la cueva, dandole más tranquilidad a la bestia. Calmandola, adormeciendolo hasta que perdiera sentido de donde estaba y si debía o no estar despierto. Pataleo, sacando algunos cuerpos ya en descomposicion fuera de su cueva, haciendo que cayeran por el pequeño barranco.



Lentamente la música se apago y con eso, el sueño se fue del monstruo. Abrio sus enormes ojos violetas, parpadeando y mirando alrededor acostumbrandose a la oscuridad de ese lugar. No habá nada diferente.

Se escuchaba un ruido de fondo, pero no le prestó atención hasta que éste realmente comenzó a incrementar. Alzó la mirada y volteó hacia el fondo de la cueva, aun con la fogata a medio hacer. Extrañado se quedó esperando a que sus ojos se acostumbraran a la oscuridad. Algo se movía, había toda clase de sonidos extraños y escalofriantes, como de cosas cayendo a tierra y algo como... ¿una serpiente? deslizándose por el suelo. Una musiquita de fondo moría ¿cómo no la había notado antes? De hecho le recordaba a esas melodías de las películas de terror, que daban escalofríos de alguna forma, al menos en esas condiciones. Comenzó a sentir miedo, su cuerpo temblaba y simplemente debería salir corriendo de allí, mejor perderse en la oscuridad del bosque.

Se levantó lentamente, listo para la carrera, pero entonces notó el brillo de unos ojos extraños, violetas, mirando en todas direcciones. Soltó un respingo y ante el peligro de ser descubierto, se tiró tras una roca grande que sobresalía del suelo, haciéndose una bolita para ocultarse bien.

¿Qué demonios era esa cosa?

Pasado un momento, asomó la cabeza ligeramente para verla mejor.